Amigos, el tiempo es una variable que es igual para todos. No cambia. Es constante. Entonces, ¿por qué hay personas que parece que no...
Como dice el profesor de la Universidad de Michigan y experto en recursos humanos, Dave Ulrich, el talento no es algo abstracto ni impersonal. Nacemos con él pero lo vamos perdiendo a lo largo del tiempo. Se diluye por falta de atención y cariño, porque damos por hecho que siempre estará. Nada más lejos de la realidad: tienes que entrenarlo y desarrollarlo. Este gurú de la dirección de personas, nos da la pista de cómo hacerlo a través de su conocida fórmula. Cuida cada una de sus incógnitas, trabájalas y verás como tu talento no solo resiste el paso del tiempo, si no que se renueva y fortalece:
Talento = C x C x C = C3
Competencia
La primera «C» representa la “Competencia”, en el sentido de ser competente, que no competitivo. Es el conjunto de conocimientos, experiencias y capacidades que necesitas para desempeñar bien una función. Es seguir aprendiendo de modo constante, renovar tus conocimientos para ser más eficiente en tu labor.
Compromiso
La segunda variable de la ecuación se refiere al “compromiso”. En el método OyE este elemento es crucial. Si no te comprometes con tu talento, no lo cuidas. Para tenerlo saludable, tienes que dedicar al menos dos horas a la semana a analizar qué estás haciendo, cómo lo haces y qué podrías cambiar para mejorar tus ventas y la relación con tus clientes.
Contribución
El tercer factor es la “contribución”. Ulrich defiende que hay que contribuir para que otras personas aprendan lo que nosotros ya sabemos. Sería algo así como trasvasar talento y buenas prácticas a otros para crear una cultura de ventas eficiente en tu empresa y en tu equipo de trabajo. Se trata de que expongas, cuentes, enseñes y pongas en valor aquello que haces. En el terreno comercial, comparte conocimientos útiles y de éxito productivo en la venta, cosas que funcionan.
Si los tres elementos de esta ecuación están alineados, el depósito del talento se “rellena” de manera automática. Tu actitud te lleva a querer aprender más, a experimentar más, a usar tus habilidades de modo consciente. Y si además, le pones ganas, enseguida verás los resultados.
Recuerda: comparte este artículo con otros. Tu contribución al mantenimiento y mejora del talento de los que te rodean, es vital.