Si estás leyendo estas líneas, imagino que habrás leído el primer artículo de esta serie. Si no lo has hecho, te invito a leerlo para tener una visión más completa del maravilloso mundo de tu talento.
No podemos imponer a nadie el trabajo interno con su talento. En el ámbito comercial no son una excepción. Hace falta un poco de ambición de mejora y un deseo de evolución constante para que un/a profesional de la venta aplique la ecuación del talento (Talento = Competencia x Compromiso x Contribución) y se produzca el cambio de paradigma para que podamos hacerlo realidad. Cada individuo tiene que autoconvencerse de que este cambio no tiene nada que ver con lo que normalmente hace. Es pensar «puedo, quiero y contribuyo».
Para que tu talento se regenere, se reavive, es indispensable manjar las tres variables: puedes ser competitivo/a y comprometido/a pero si no contribuyes y compartes tu riqueza de conocimientos y buenas prácticas, no es talento. Si eres competitivo/a y contribuyes pero no hay compromiso con la marca, con los objetivos o con la ética y moral de la compañía, no es talento. Y si tu actitud es la de exponer, pero no adquieres conocimientos de forma continua, te llenarás de buenas intenciones, pero no terminarás de decidirte. Del mismo modo, si se da la circunstancia de que puedes y lo distribuyes, pero no quieres hacerlo, te invadirá la desmotivación. Y así, podría seguir describiendo combinaciones en las que falte algún/os elementos de esta famosa ecuación.
Nadie dijo que fuera sencillo. La palabra “esfuerzo” es la clave. Si pones intención, los resultados serán notables en poco tiempo. Si no puedes solo/a, OyE puede ayudarte, ya sabes dónde estamos.